¿Cuánto vale una marca?

Tanto en mi trabajo diario (al frente de una clínica privada) como en mi faceta como novelista he notado algo en los últimos años en relación al valor que se le da a una marca o nombre público. Los equipos de marketing de empresas dedicadas a la publicidad (y también los de las editoriales) suelen regirse a la hora de tomar sus decisiones estratégicas por una cifra un tanto curiosa: el número de seguidores de la empresa o marca en cuestión en sus redes sociales.

Esa cifra se ha convertido en los últimos años en una gran brújula que les ayuda a orientar sus pasos en el mercado. La premisa es: cuántos más seguidores, mejor.

Pero ¿es realmente representativa de lo que vende o mueve una empresa o marca?

Como todo en esta vida, nada es absoluto. Así que la respuesta más cabal sería: “depende, algunas veces aciertan y algunas veces se estrellan estrepitosamente contra el asfalto.”

Este proceder está a la orden del día, por ejemplo, en las reuniones editoriales. Si hay dudas sobre si editar una obra u otra, la balanza se acaba inclinando a favor de aquel autor que tenga más seguidores en sus redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram, principalmente. Y lo curioso, y cada vez los equipos de marketing son más conscientes de ello, es que no siempre aciertan. Un autor puede tener cien mil seguidores más que otro, una cifra impresionante, sí. Pero, ¿qué hay de la calidad de su trabajo? ¿De su constancia a la hora de crear contenidos? ¿Del perfil de sus seguidores? Éstos, ¿con compradores reales o meros voayeurs? ¿Son sus followers quizá personas que se entretienen mirando (en una ojeada rápida) las noticias de este y del otro?

He sabido de casos en los que la editorial apuesta con toda su artillería por una obra, por un autor (o dicho de otra forma: por un puñado de seguidores virtuales, en definitiva) y, al cabo de un mes se están tirando de los pelos por haber confiando en esa cifra mágica: las ventas no despegan, se han vendido ni un centenar de ejemplares y el resto regresan al almacén casi en estampida.

La última novela de María Dueñas tuvo una tirada inicial de un millón de ejemplares. En Twitter supera los quince mil seguidores por poco. Si sus editores hubieran tomado como referencia esa cifra, “nadie” conocería la nueva obra de María Dueñas.

En un mundo en el que todos tenemos información disponible tocando nuestro teléfono con un dedo y en el que cada uno de nosotros podemos llegar a generar contenidos en un momento dado, se hace necesaria una revisión, un control, una criba real y eficaz para seleccionar  lo que merece la pena de lo que no.

Queridos lectores, pronto más.

María Jeunet.