Julia Olsen se encuentra en su mejor momento; tiene el trabajo de sus sueños, adora a su familia y posee un precioso apartamento en el mejor barrio de Washington D.C.
Solo hay un pero en su vida: tras la fachada de control que Julia muestra ante los demás, esconde un viejo secreto. Ni las responsabilidades ni el paso del tiempo le harán olvidar lo que una anciana le dijo una noche de feria: reconocería al hombre de su vida porque tendría una marca en su rostro.
La vida de Julia se pondrá patas arriba cuando su nuevo compañero de trabajo se instale en la oficina, porque Will McAvoy, salvo una personalidad y unos rasgos irresistibles, no tiene ninguna marca en su cara.